La Salema o Salpa (Sarpa salpa) es una especie de pez perciforme de la familia Sparidae. Consta de un cuerpo oval y comprimido. Su cabeza es pequeña y su hocico romo. Boca pequeña, terminal, con labios gruesos. Aletas dorsal y anal poco elevadas y con radios espiniformes delgados. Caudal ahorquillada. El color es gris azulado con 10 u 11 típicas listas longitudinales doradas con reflejos naranjas. La cabeza es más oscura y el vientre más claro. En la base de las aletas pectorales hay una pequeña mancha negra. Las aletas son grisáceas. Puede alcanzar 50 cm de largo.
Vive en bancos cuyos miembros se mantienen muy agrupados y se mueven de forma coordinada. La especie es hermafrodita y se reproduce en primavera y otoño. Los individuos jóvenes son sobre todo carnívoros, pero los adultos son de los pocos peces herbívoros del Mediterráneo, y se alimentan casi exclusivamente de algas. Como curiosidad, el nombre más frecuentemente empleado es salema, y la podemos encontrar por casi toda la costa. Este término deriva del árabe y significa «soñador», nombre basado en una creencia popular marroquí de que la carne de este pez provoca sueños.
La salpa llega a producir en las personas desgarradores delirios con alucinaciones, muy similares a los producidos por el LSD. También llamada embriaguez alucinógena por la ingestión de pescado, este fenómeno se traduce en trastornos psicológicos, incluyendo, en muchas ocasiones alucinaciones, así como mareos, vómitos, entre otros desagradables efectos secundarios. Las personas bajo la influencia de la Sarpa salpa tienden a recuperarse de manera espontánea al cabo de unos tres días. Cabe destacar que el veneno en realidad no proviene de estos peces, sino más bien de la acumulación de Fitoplacton tóxico que contienen los pastos marinos, un elemento básico de la dieta de estos peces.
Actualmente, esta especie marina es tremendamente apreciada desde el punto Biológico, puesto que ayudan a conservar las Praderas de Posidonia.